domingo, 31 de mayo de 2009

Te Dije que NO. Pero SI.

Situación.
Sábado Lluvioso. A. se quedó en casa esperando a que su hermano viniera a buscar a los chicos para llevarlos al cine. Yo decidí ganar tiempo y me fui a hacer las compras de la semana. Antes fui a Hausbrot para elegir una rica ensalada, unas empanadas de salvado para la cena y al Videoclub.

En el súper y ya casi terminando, suena mi teléfono. Era el ringtone de A.

A: Ya se están yendo. Están re contentos! Te llevo los envases de coca?
C. (algo ofuscada de tanto esperar): Ya estoy en la fila de la caja. No tiene mucho sentido.
A.: Entonces qué hago? Voy a buscarte o te espero acá?
C.: No. No vengas. Quedate. Yo enseguida voy para allá.

“Cuándo vas a entender que cuando digo NO, lo hago para sumarle algo más al efecto sorpresa que espero. Que me convenzo de que no vas a venir pero en el fondo anhelo que aparezcas empapado por la lluvia, ávido por ver a tu amada detrás de un changuito repleto de cereales de tigres, alimento infantil con dinosaurios y coca Light”.

Cuándo los hombres van a entender que nosotras las mujeres somos amantes del Efecto Sorpresa (en mi caso sin mucha cursilería). Cuándo van a comprender que cuando decimos “dejá, mejor descansá”, es porque deseamos ser testigos de un esfuerzo exagerado para vernos, para experimentar cómo, ustedes, vislumbran nuestra sonrisa cómplice y nuestros ojos hormonales llenos de lágrimas.

En otro momento no muy lejano, hubiera llegado a casa despotricando. Y él me hubiese mirado desconcertado. Con la seguridad de lo que había escuchado y sin entender el transfondo de mi decir. Luego de descargarme, la angustia me hubiera jugado la peor pasada y la zambullida en la comida le habría dado paso al tan repetido “Empiezo el Lunes”.

Pero no. Llegué. Lancé un par de ironías. Lo abracé con un profundo amor y algo de resignación. Y preparé nuestra merienda. La mía, 200 calorías.

sábado, 30 de mayo de 2009

Qué Problema. No?

Sí. El problema es el fin de semana. Nadie puede negarlo. Para todos aquellos que intentamos bajar de peso y tenemos costumbre de disfrutarlo y esperarlo con la ilusión de un niño en vísperas de Reyes Magos, el mismo, Señores, se convierte en el momento más temido. Para aquellos que sufrimos de situaciones extremas, para aquellos que todo lo hacemos de más o lo vivimos a flor de piel, o lo sentimos cien veces más que el de al lado (y no por apasionados sino por exagerados) este es el momento de la atención, del registro, de medir las consecuencias.

Me pasa que llega el viernes a la noche y el primer síntoma es resoplar diez segundos seguidos despatarrada como si en ese exhalar descargara todas las presiones autoimpuestas de la semana. Después planifico lo que tengo ganas de hacer y siempre esos ganas vienen acompañadas por un appettizer, agape, picadita, infusión, colación, ingesta o como les guste llamarlo.

Viernes a la Noche= Pizza casera
Cine=pochochos
Cine en casa=chocolates
Salida en Pareja=restaurante gourmet (donde el aceite vegetal es una mala palabra)
Salida con amigos= si es a la tarde merienda con fosforitos y cheesecake; si es de noche fondue, paella o pastas!
Reunión con mamá: Facturas y scones
Reunión con mi suegra: embutidos, picadas (es celíaca asi que como no puede comer harinas la atiborramos de salamitos, bondiolas, quesos y más)
Reunión con papá: almuerzo en alguna parrilla rica
Si me quedo sola sola y no hay reunión con nadie=bandeja en la cama con cafecito y tostadas (algunas de mas) y litros de coca cola light
Domingo a la noche= si o si delivery

Sé que entienden la importancia del problema. Así que (me y les) prometo disfrutar sin la compañía de los carbohidratos del planeta y darme sólo uno o dos gustos medidos durante todo el fin de semana.

Palabra de Exagerada en Recuperación

viernes, 29 de mayo de 2009

Cortó el Cordón de Cuajo

Miranda tiene cuatro años y siempre fue una nena con carácter. Cuando crecía en mi panza y, por ejemplo, yo subía a un subte y alguien me daba el asiento, Miranda se estiraba de tal manera que me hacía saber que no quería estar en esa posición y así, resignada, yo miraba al solidario del momento y le decía “sentate, ella quiere estar parada”.

Miranda es especial, independiente, le gusta protagonizar, es aguda, puedo definirla como un mix entre Penélope Glamour (Los Autos Locos) y Robotech; tiene esa dualidad. Todos dicen que es una evolución de mi propio carácter y a mi me sorprende porque muchas veces Miranda me demostró que la complejidad de las mujeres es mucho más enorme de lo que realmente creía.

Ayer, mientras le ponía el pijama:

C.: ay cómo me gustan esos cachetes gordos para apretujar!!
Miranda (risueña pero distante): Yo no soy gorda, mamá

(Siempre me dice Mami o Ma. Pero esta vez me dijo MAMÁ)

C.: Yo no dije que eras gorda. Dije que tenías cachetes gordos para apretujar que no es lo mismo.
Miranda: Pero no. No tengo cosas gordas.
C.(con aires de maestra ciruela y poco realista): Pero hija. Es cierto; vos no sos gorda. Ahora, te pregunto: Si lo fueras cuál sería el problema? Si lo importante es ser buena persona, inteligente, saber disfrutar…
Miranda: Si, yo sé todo eso. Y yo soy buena y soy inteligente, pero no soy gorda.
C.: Es verdad, pero qué problema tenés con la gordura? Yo soy gordita y estoy bien, estoy contenta.
Miranda: No tengo problemas. Es que Vos sos gordita. Yo no.

Respiré profundo. Y cuando iba a arremeter con otra pregunta, me cayó la ficha, entendí lo que me había querido decir. Y con un orgullo que me desbordaba y un dejo de tristeza la abracé y le dije: “Tenés razón. Yo soy Yo. Y Vos sos Vos”.

lunes, 25 de mayo de 2009

Empiezo Hoy, Lunes

Es lunes 25 de mayo y son las 7: 55 de la mañana. Me despertaron las palabras resonantes que anoche mi suegra escupió:

-estás engordando otra vez???

Ella nunca evalúa el trauma que puede causar. No registra los temas que al otro lo hacen llorar hasta deshidratrarse. Pero lo peor es que por más que habla enroscada cual especie reptil en extinción del Animal Planet, esta vez tiene razón.

Durante los últimos dos años bajé 20 kilos. Mi objetivo era bajar 5 kilos más durante el 2009 y sentirme por primera vez en mi vida flaca. Pero desde enero al momento aumenté 5. Me atraparon los carbohidratos, helados y embutidos del fin de semana. Podría dar millones de excusas: que en vacaciones se disparó mi primera crisis de pareja con A. y que por ende la temporada en la playa fue la más decepcionante de mi existencia, que elegimos empezar terapia de pareja y que sumada a cada una de nuestras sesiones individuales el costo de nuestra vida aumentó. Y que encima dada la recesión/ crisis, el laburo de ambos bajó y entonces no puedo seguir malgastando guita en deshacer tratamientos para bajar de peso.

La realidad es que me convertí en una experta en dietas, calorías, combinaciones sanas, alimentos con grasas trans, saturadas, dietas líquidas, Ravenna versus Cormillot. Sé cuáles son los deportes que ayudan a bajar de peso y los que sólo logran tonificar. El último tratamiento fue con Iribarren y me gustó la inteligencia como valor agregado, el grupo de pertenencia, sentido común y los monólogos que me dejaban sobrevolando la tierra. Era muy fácil hacer la dieta porque no había casi qué ingerir. Pero entendía el porqué. Algún día dedicaré un capítulo a Iribarren y su grupo exclusivo. El punto es que era carísimo y ahora que mi caja de ahorro marca $0 me es imposible acceder a él. Y aunque sé que me hace mal desearlo, porque sufro del síntoma de la frustración cada cinco minutos, a veces me quedo mirando el techo ansiando ese momento.

Ya sé que es lunes y que todos dicen lo mismo pero hoy empiezo como sea. Y a mi favor debe importar que es feriado y no un lunes cualquiera. Este blog me tiene que ayudar! Tengo que bajar los cinco kilos que aumenté y los otros cinco . Es decir que mi tratamiento será escribir diariamente hasta bajar 10 kilos.

En cuanto a mí. Tengo 33 años, estoy en pareja con A. desde hace 12, descubrí que lo sigo amando y tenemos dos hijos de 9 y 4 años. Hago comunicación estratégica y me apasiona pero también me cansa un poco. Así que también estoy empezando a conocer las características del mundo textil junto a mi padre. Además de estudiar comunicación, terminé la carrera de periodismo y la verdad es que cargo con una escritora mediocre así que mañana martes inicio un taller literario.

Lo empiezo con la inseguridad de una analfabeta que quiere escribir cuentos, así que no dejo de pensar en cúanto mejor lo hubiese iniciado con esos cinco kilos menos. Estar flaca y más linda para que mis burradas queden escondidas detrás de un escote acentuado o un par de piernas seductoras. No. No va a pasar. Voy a estar preocupada por el rollito que me sale por debajo de los omóplatos. Ese que me obsesiona… El que no sé si atraparlo con el corpiño o dejarlo suelto.

Dios!! Esos cinco kilos de más están clavados como un puñal en el alma. Y encima mi suegra con su intuición a flor de piel (o escama).

Por primera vez en mi vida quiero hacer dos o tres cosas respecto a este tema: llegar a septiembre/octubre con esos kilos de menos (soy de las que siempre se dá cuenta a ultimo momento que una vez más tendrá que sumergirse en una enteriza); hacerlo sola y ayudarme con este espacio de escritura. Sería buenísimo tener lectores que me estimulen! Cuenta regresiva 3. 2. 1. Desayuno: Infusión con una fruta.