En el departamento de "Aguirre", así llamábamos a nuestra casa de Almagro hace casi 28 años, conocí a Lorena. Teníamos cinco años y el edificio era como un condominio con jardín. Yo llevaba mi triciclo y ella un hilito del que colgaba un peluche sucio simulando ser su mascota. La miré. Me Miró. Nos sonreímos y ahí comenzó nuestra amistad. Compartimos cuartos, juguetes, historias fantásticas, cornisas, tuttifrutti, ahorcados, los padres, los abuelos, elásticos, horas de teléfono, Clave de Sol, los primeros corpiños, los primeros asaltos, la vida. Nunca los colegios.
Al terminar el secundario algo pasó y comenzamos a entendernos cada vez menos. No nos quedaba casi nada en común. En plena era menemista, un día me llama eufórica diciéndo que después de tanto buscar había encontrado lo suyo y que era lo
espiritual, el insight, la era new age, juan cruz bordeaux y es todo lo que recuerdo porque sinceramente mi estado de shock sólo pudo retener palabras sueltas.
Ahí se dió el quiebre. Ahí perdimos cotidianeidad y comenzamos a vernos, por respeto a nuestra infancia y recuerdos, sólo en fechas de cumpleaños, fiestas de concubinatos, embarazos, partos. No puedo olvidar el día que nació Miranda. Lorena entró, me miró y vió mis lágrimas arrebatadas, la alzó a upa, la miró, le tocó la cabeza y me dijo "tu hija es una niña cristal". Sí! No me dijo es hermosa, se parece a Mongo, y te felicito. Afirmó es una niña cristal y, así con puntos y todo, casi me levanto de un impulso para sacarle a mi nena índiga de sus brazos!
Lorena cumplió 33 y sus festejos son cada vez más aburridos. La temática de ayer fue un Té en Casa. Fui con otra amiga que compartimos. El plan era estar juntas para no sufrir tanto. Llegamos, había desfiles de tortas y cosas dulces, Té y, por suerte, un espacio en la mesa de cosas light muy ricas. Allí nos sentamos. Comenzamos a asimilar el living con la mirada y nos encontramos con un grupo de mamás "amantes de las escuelas Waldorf".
Mamá Waldorf: Es genial; los chicos salen del sistema. Se relacionan con animales, nada es obligatorio, no tienen tarea. Conocés estas escuelas?
C.: Me hablás a mi?
Mamá Waldorf: Si,claro! Hacete amiga!
C.: No, lo que pasa es que a mí me gusta la escuela como institución. Y busqué una escuela privada lo más parecida posible a una escuela pública.
Mamá Waldorf: Sí, pero viste que tienen muchas obligaciones y no se conectan con la naturaleza y los llenan de yogur, danoninos y leche.
C.: Pero eso que tiene que ver?
Mamá Waldorf: Es malísimo para la salud de nuestros hijos
(Inevitablemente se reprodujo en mi interior la música que acompañanaba al Doctor Socolinsky).
C. (ya algo sínica y con el objetivo de sacármela de encima): te prometo que voy a averiguar.
De qué habla esta gente? Sus hijos viven en una burbuja, señores y cuando se encuentren con la vida real van a sufrir el cuadrúple de lo que sufrimos el resto! Me revienta lo sectario, me hace mal, me genera rechazo, soy racista de lo fanático y tiemblo espásticamente cuando escucho semejantes boludeces.
Lorena estaba con luces en los ojos, nos miraba cómplices y asentía como diciéndonos "las voy a sorprender". Aplaudía y gritaba "chicas chicas, vayan a hacer pis que cuando empiece
"la actividad", nadie se va a querer levantar".
Sinceramente nos parecía cliché, pero pensamos que iba a traer a unas de esas charlas de sexo en las que venden juguetes para el amor y esas cosas. Nos preparamos en el living, nos sentamos y aparece un tal Roberto Máximo con cara solemne explicando, "estoy acá para hablarles de la vida, de la aceptación, de la autoestima y de cómo vivir mejor". Dejé de sentir la sangre fluir, los músculos de mi cara se congelaron porque pensé "este tipo en cualquier momento pone música y empieza a sacarse la ropa". Pero No. Impostó la voz y se puso a hablar básicamente de historias de autoayuda, de folletín pedorro, del sufrimiento. Me sentí dentro del programa "No sufra más" de los pastores de América (que dicho sea de paso para los sociológos es una clase magistral) y recordé a Nacha escribiendo en el viejo espejo de Canal 7 con rouge "Me gusta ser Mujer".
No podía creer lo que estaba viviendo. No podía entender la cabeza de Lorena. No pude dilucidar las caras de sorpresa de las concurrentes Algunas lloraron emocionadas por lo que este sángano decía, otras se abrazaban y asentían identificadas y él, las tocaba también para calmarlas y darles su bendición.
De más está decir que después de una hora y cuarto de martirio, me levanté, saludé a Lorena y le dije Feliz Cumpleaños.
Lorena: Ya te vas?
C.: Si, Lore. Tengo que preparar uniformes de los chicos, las cosas de mi laburo.
Lorena: Bueno, pero hoy es más importante. No?
C.: Bueno, pero ya estuve. No seas rompe.
Lorena: Te gustó el profe? Viste que genial?
C. : La verdad no me gustó pero lo importante es que a vos te guste.
Lorena: Comiste? Estaba todo rico?
C.: Por suerte comí muy poco, pero lo que probé estaba muy rico.
Lorena: Bueno Caro, Chau.
C.: Chau.
Y me fuí con un "hasta nunca resonando en mi cabeza". Triste porque sabía que era el final absoluto de nuestro vínculo y feliz porque la sorpresa me dejó sin hambre y además tras siete días bajé un kilo doscientos!