sábado, 26 de diciembre de 2009

Navidad Confesa

Todo empezó con un "no tengo tiempo"; "No puedo hacer todo"; "No puedo más". Y así, de golpe dejé de escribir. La verdad es que sí tengo muchísimo trabajo, muchas responsabilidades, mucho sueño. También es cierto que escribir y compartir mis vivencias en el blog me hace bien. Lo disfruto. No puedo decir que estoy triste, ni pasando un mal momento. Todo lo contrario. Estoy feliz, segura, equilibrada emocionalmente, enamorada de A. y de mis hijos.

Sin embargo dejé de escribir hace más de un mes. Después de descorchar varias botellas de champagne y engullir varios puñados de nueces debo confesar que hace un mes también dejé de cuidarme con las comidas. Jamás creí en las casualidades. Así que no creo que haya sido casual mirar el blog hoy, leer los que me encantan, ver los comentarios que me dejaron y los mails. Antes que nada gracias por eso. Y, luego, aunque no sepa bien cómo, intentaré retomar los posts, la lectura y desde ya la dieta. Necesito volver a desconectarme de lo excesivo. De todo eso que me pone fuerte pero en el mal sentido, como un monstruo engreído que por momentos se convence de no necesitar ayuda.

Intento ser sincera y me doy cuenta de que no estoy convencida de volver a escribir en empiezo el lunes. Pero también sé que lo voy a intentar. Lo prometo. Así que brindo por eso!