miércoles, 30 de junio de 2010

Contra el Mal

Alguien me dijo que el movimiento permanente habla de algo no sano. Hoy desperté como todos los días muy temprano y ante tres o cuatro situaciones no esperadas la adrenalina aumenta. Los síntomas se multiplican. La ansiedad protagoniza.

Tiempo atrás hubiese escrito ésto: "Transpiro, inspiro fuerte por la nariz, la concentración se aleja y mis dedos que tipean parecen ir más rápido de lo que verdaderamente van. Empiezo a tener conciencia de mis latidos. La vista se nubla. Mi voz grita, no habla. Ahora quisiera moverme, ir, venir, bajar, subir, hacer todo lo que me propuse en el día en esta próxima hora. Podría lograrlo. Lo peor de mi está ahí, agazapado listo para poseer este día".

Hoy escribo ésto: "Paro. Respiro profundo. Me siento a escribir. Aquí y ahora. Pausa. Pienso en la locura del mundo, en mi locura y en la locura de los que conviven con la mía. Todavía siento las pulsaciones, pero entiendo; y eso hace que inmediatamente la adrenalina ceda. Me mira cayendo desde un precipicio como los archienemigos de los superhéroes en las películas. Desconcertada".

Sonrío. Quizás hoy gane. Pero los archienemigos (esos que creamos nosotros mismos convencidos de ser superhéroes) nunca mueren de verdad. Mutan y de alguna manera vuelven y a veces más amenazantes. Así que por las dudas me quedo en vigilia, atenta. DESPIERTA.

miércoles, 23 de junio de 2010

La Ley del Todo o Nada

Hace días que no hago dieta. Es más; estoy combinando alimentos como hacía años no combinaba. Es la Ley del Todo o Nada.

La Ley del Todo o Nada, decretada hace como 20 años atrás, no permite los términos medios, no se amiga con las evoluciones paso a paso, ni tiene empatía con los colores grises. Es muy pero muy conchuda.

La Ley del Todo o Nada fabrica diálogos conmigo misma como el que tuve hoy:

Caro: Porqué no estoy cuidándome nada?

Caro bajo los efectos de la Ley del Todo o Nada: Porque no podés; porque son tantas las cosas que tenés que hacer para empezar la dieta, que terminás desordenándote.

Caro: Pero cuáles son todas esas cosas?

Caro bajo los efectos de la Ley del Todo o Nada: Tenés que evaluar porqué te estás castigando, tenés que hacer algún tratamiento con algún nutricionista nuevo, tenés que ir si o si tres veces por semana al gimnasio, hacerte masajes, tomar dos litros de agua, hacer una buena compra en el super y, sin, excepciones tenés que ir al dermatólogo para hidratar la piel.

Caro: Ay Dios Mio!! Es tanto que no sé por donde ni cómo empezar. Además no tengo tiempo. El laburo, los chicos, mi casa, escribir, estudiar y además la dieta.

Caro bajo los efectos de la Ley del Todo o Nada: Y bueno, si no podés empezar con todo; esperá. Cuando puedas, harás las cosas bien. De a una cosa no se puede. Si no empezás con disciplina absoluta, derrapás. Así que no te enojes con la subida de peso y sobreviví. Curtite, nena.

Caro: O sea que es Todo o Nada?

Caro bajo los efectos de la Ley del Todo o Nada: Absolutamente.

Silencio. Más silencio.

En este momento, mientras escribo me doy cuenta de la trampa. De lo cruel e injusta que es esta Ley. Así que, es aquí en donde me comprometo a fabricar una nueva ; una con la que pueda negociar y ser flexible. Una que me deje empezar por comprar la botellita de agua y colgármela en la muñeca. Una que no me frustre continuamente. Una que me quiera un poquito más.

lunes, 21 de junio de 2010

Día de Cine

Padecer de esta increíble enfermedad por el cine no me genera conflicto. Amo amar excesivamente las películas. Cuando entro al cine se apodera de mí una fascinación difícil de explicar, los sentidos se sensibilizan y me brillan los ojos cuando se hace presente la oscuridad de la sala y sólo quedamos la pantalla enorme y yo. Pero cuando, además, la película es maravillosa mi nivel de agradecimiento es eterno.

La película que vi reúne todo lo que uno quiere ver en el cine. Un guión perfecto, una manera única de contarlo, el cuidado obsesivo del arte y la estética, una dirección soberbia y actores intachables.

Una producción que me conectó con tantos estadíos. Los recuerdos, los conflictos que conllevan los cambios, crecer, la amistad, la fidelidad, la búsqueda de la identidad, las diferencias, la importancia de saber soltar y relajarse; todo eso, contado con mucho pero mucho humor, inteligencia, aprovechando los recursos al máximo y con una emoción que muy pocas producciones generan. Hoy me reí a carcajadas gigantescas y se me mojó la cara de tanto llorar.

Hoy ví Toy Story 3 y nadie pero nadie puede perdérsela. Pixar me conectó, una vez más, con la niñez y a través de esta historia llegó a lugares que son, al mismo tiempo, los más básicos y profundos de la humanidad.

Ver Toy Story engorda el alma y eso en mi dieta está permitido.

lunes, 14 de junio de 2010

Recargada

Estuve meses sin escribir en el blog. No me arrepiento. Estuvo bien. Fue necesario para seguir adelante y para volver. Hace algunas semanas comencé, de una manera sintomática, a releer mis post, los comentarios, los mails y fue un hecho. Sí. El deseo de retomar “empiezo el lunes”, fue imparable. Sólo había un problema que no sabía cómo resolver hasta el día de hoy. Mi identidad.

“Empiezo el Lunes”, fue tomado por mi alter ego, Julia Q. Siempre quise llamarme Julia y la “Q” es la inicial del apellido de mi marido e hijos; así que la tomé como propia para construir a Julia, que no es nadie más que yo misma; Carolina.

Cuando inicié este blog fue un secreto para los conocidos. No sabía hasta dónde iba a exponerme y creo que me dio miedo que alguien descubriera mis miserias más recónditas. Así que decidí hacerlo a solas (aunque no fue así). Hoy puedo decir que tengo mucho más en claro lo que quiero escribir en este blog y quiero hacerlo con nombre y apellido.

“Empiezo el lunes”, es mi espacio (el de Carolina). Es un espacio en el que desde una mirada absolutamente femenina me refiero a los excesos. Mis excesos tienen que ver con el peso y la relación con la comida pero también con la hiper exigencia, con la necesidad de gustar. Estoy absolutamente segura de que todos tienen los suyos y es eso sobre lo que me gusta observar y escribir. Porque sublimo, porque entiendo y porque, sobre todas las cosas, me río desde una profundidad que me hace sentir activa.

En cuanto a mis últimos seis meses, no bajé un gramo y parecería ser que estos últimos 10 kilos son crónicos. Pero me mueve la búsqueda. Disfruto de buscar, de preguntar y de sentir que no estoy anestesiada. Estoy contenta y RECARGADA! Salute amigos!

PD todo este tiempo leí sus post como siempre! Los felicito a todos por la constancia. No firmaba porque ya no quería hacerlo como Julia! Así que ahora que blanqueo, volveré (y seré millones!)