lunes, 9 de agosto de 2010

Pagame lo que me Debés!

Ayer me enteré de algo que me dejó sorprendida y en estado de análisis. Parece que nuestro cerebro tiene un habitante -desconocido por mí, hasta ahora-, llamado Sistema Opioide. Los médicos lo suelen llamar Sistema de la Recompensa, pero Opioide a mi me parece más simpático. La criatura tiene una característica odiosa y es que, ante situaciones estresantes como la angustia, la presión, el enojo, la impotencia o la decepción, le avisa al cerebro que necesita un placer inmediato, algo que lo recompense. “Pagame lo que me debés por tanta mala sangre”, dice Opi.

Hemos visto cientos de películas en las que “El” es abandonado por “Ella”, y entonces, “El” se interna en un bar hasta ahogarse en alcohol. También “Ella” que descubre que “El” la engaña con otra y, post ataque de furia, se sambuye en un sinfín de carbohidratos hasta terminar con la heladera (literalmente).

Entonces, estos impulsos tienen una razón científica y algunos le sumamos un determinado perfil psicológico que construye un Sistema Opioide más poderoso. El muy turro encima tiene Memoria! Es decir que si durante mucho tiempo, ante cada causa estresante, me clavaba una rodaja de pan casero, cada vez que algo me genere estrés el cerebro va a pedirme ese pedazo de pan pecador.

Pensé en distintas clases de personas. En aquellas que se regodean en la queja hasta el punto de la pasividad absoluta, en los que viven con miedo, en los que generan violencia, en los que se arriesgan continuamente, en los que sólo pueden criticar o, en los que para elogiar necesitan criticar algo más, en los que sólo añoran inclusive lo que nunca vivieron. Me preguntaba cuáles serían sus lugares de placer inmediato, sus recompensas (quizás esas mismas actitudes sean su lugar placentero, no?)

Pensé en mí y en mis conductas. Siempre supe que era una sobreviviente y creí que eso merecía una recompensa. Quizás el exceso fue la primera que instalé en mi Cerebro. Todo, Mucho, Nada, Fantástico, Maravilloso, Espantoso, Negro, Blanco. Y desde ya la comida, lo rico. Para esta sociedad aún es muy difícil aceptar que los excesos del comer también son una forma de adicción y tampoco conviene reconocerlo porque las empresas de alimentos deberían hacer un enorme recorte de su publicidad en la vía publica (y además yo me quedaría sin trabajo).

Siguiendo con “mi” sistema de recompensa entendí que va a ser importante debilitarlo. Tengo dos estrategias: Recompensar al Sistema Opioide con pagos más sanos, y matar mi creencia de que soy la única que soporta tanto y que por eso merezco algo más que los demás. Porque si soy sincera conmigo misma busco recompensas en situaciones que me dá vergüenza describir (pero lo hago y me la banco):

-Si tengo una pelea o discusión laboral, enseguida pienso en terminar el día en algún bar lindo, tomando el té con tostadas enormes, ricos sándwiches o algo dulce.
-Si se me rompe o pierde alguna prenda que me encanta, pienso en ir al Shopping a reemplazarla con 5 o 6 más. Tanto disgusto que me lo merezco (pienso).
-Si A. esta twiteando sin parar mientras lo espero en el cuarto, junto bronca y cuando vuelve -como no me puedo enojar profundamente con él- me siento acreedora de una hora de mimos mínimo.
-Cuando llamo a alguien dos días seguidos, espero que al día siguiente sea esa persona la que me devuelva el llamado.

Diganme que a ustedes también les pasa POR DIOS!

Y lo que yo digo ahora es que No va Más, porque además es un gasto de energía enorme. Así que vos, Ey, Sistema Opioide, tan zorrito, tan mosquita muerta ahí todo callado y tapado, preparate para soportar algunos cambios. Y te lo digo desde ahora. Que te pague Cadorna!

12 comentarios:

  1. ¿Sabe la cantidad de hombres que van a escudarse en esta teoría? Incluso se va a terminar justificando el onanismo como placer suplementario ante una negativa sexual por parte de una dama deseada. No sé, digo.

    ResponderEliminar
  2. Quien le dice?! Pero quien le dijo que sólo los hombres? O usted se creyó esa teoría de que las mujeres no se tocan!? Igualmente en el caso del hombre ni siquiera es una recompensa; es como respirar, comer, dormir. Una necesidad básica más, no??? Yo tengo esa hipótesis.

    ResponderEliminar
  3. No sé, me puse a pensar cuál es mi sistema de recompensa ante esas situaciones pero no puedo ubicar ninguna (lo cual no quiere decir que no las tenga). No me llama el consumismo de nada, tengo la ropa justa y necesaria (incluso algo menos) y la comida me parece literalmente como echarle nafta al auto.
    Pero también creo que no me tomo mis derrotas o tensiones tan a pecho y eso hace que no las considere como algo que necesita recompensa y quizás esa sea mi ventaja competitiva, hacerle creer que no necesito una reparación.
    De vez en cuando desbando, pero mi teoría contempla una valvula de regulación, para que nada reviente...

    ResponderEliminar
  4. o dioooos
    mi opi siempre pide Milka!!

    ResponderEliminar
  5. Esta es la explicación del sexo de reconciliación después de una pelea, sin lugar a dudas...

    ResponderEliminar
  6. Yo al opi opte por satisfacerlo con otra cosa que me encanta y no es comida...ropa/accesorios y demases. Mi marido esta chocho porque bajo de peso como tambien los ahorros...y bue, la semana pasada me recompense haber hecho dieta con una cartera de tachas di-vi-na! Esta semana mi opi se va a tener que contentar con un par de aros me parece...

    ResponderEliminar
  7. Ok, esto era justo lo que necesitaba leer hoy. Para seguir justificando y para seguir (sobre todo) tratando de solucionar.
    Y justo con eso, decido que este blog me lo guardo y a este blog vuelvo a seguir leyendo.

    Lou

    ResponderEliminar
  8. Mi Opioide pide helado y/o chocolate.
    Muy buena publicación, inspiran a una principiante.

    ResponderEliminar
  9. asi q ela culpa la tiene opi? :o :o
    siempre es bueno echarle la culpa a otro :P ;) :) :) :)

    ResponderEliminar
  10. a mí también me pasa ;-)
    simpático post, arrancó una sonrisa, lo cual sieeeempre se agradece!

    ResponderEliminar
  11. Cuando estoy triste Opi me pide ropa.
    Cuando me veo gorda Opi me pide zapatos y cremas.
    Cuando estoy de pésimo humor Opi me pide pizza.
    Cuando es lunes y quiero que sea viernes Opi me pide 2 x 1 de Freddo.
    Opi conoce todos los descuentos al menos...

    ResponderEliminar
  12. Yo tengo mi sistema de recompensas acostumbrado a darme atracón de telenovelas cuando estoy triste. No es nada loable, pero por lo menos es mejor que darse atracón de comida o de otras cosas

    ResponderEliminar